¿Por Qué Cuesta Tanto Hablar de Sexo con mi Pareja?
Muchas veces es más fácil tener sexo que hablar de sexo….¿por qué? ¿Por qué nos cuesta tanto? ¿Por qué sería tan importante? ¿Para qué sirve? En fin, esas son algunas de las preguntas que trataremos de responder hoy.
¿Por qué será que con la pareja podemos hablar casi de cualquier tema, pero nos cuesta tanto hablar de sexualidad? Compartimos un sin fin de aspectos muy íntimos de nuestras vidas, de lo más cotidiano a lo más personal, pero la sexualidad muchas veces la dejamos fuera de nuestras conversaciones.
Es verdad. Es difícil hablarlo, cuesta. Da vergüenza. Seguramente tiene que ver con cómo fuimos criados y con una noción social en donde el sexo no tiene cabida. Es muy íntimo, privado y a pesar de que seguramente hacemos cosas más íntimas que hablar de sexo, esta última nos genera una reserva particular.
¿Por qué? Porque mejorará las relaciones sexuales y la relación de pareja. Para muchas parejas una de las grandes barreras para una buena relación sexual, es la incapacidad para hablar al respecto. No obstante, nunca es tarde para empezar a hablar de sexo. Las relaciones sexuales son una forma de intercambio, un diálogo entre los cuerpos. Son una manera de expresar afecto, deseo y placer. El poder complementar esta comunicación física con la verbalización de aquello que a uno le gusta, lo que siente, lo que prefiere, abre un sin fin de posibilidades que enriquece la experiencia. Nos permite conocernos como pareja y experimentar. Ya que lo vamos a hacer, hagámoslo bien.
¿Cómo? Lo principal es buscar un momento adecuado. Un ambiente propicio. Prepararlo. No en el auto camino a dejar a los niños al colegio, en fin… se entiende, ¿verdad? Es muy importante también una atmósfera de respeto y cariño, en donde se pueda hablar de todo con confianza e intimidad. La idea no es criticar ni juzgar al otro, por el contrario lo que se busca es compartir y dialogar sobre algo que nos une. Si es difícil poner el tema, se pueden utilizar revistas o películas y a partir de lo que se observa ahí iniciar la conversación. Relajarse y reírse, siempre es una buena idea.
¿De Qué? Todo… todo, lo que uno quiera. Aquí no hay temas prohibidos. Decir lo que nos gusta y lo que no nos gusta también. Muy importante ser honestos. Sin duda es fundamental ponerse en el lugar del otro, preguntarle lo qué le gusta y lo que le molesta. Es una buena idea centrarse en aquello que hacemos bien y ver qué tenemos que hacer para mejorarlo aún más. Dar espacio a las fantasías tanto propias como las de la pareja, sin vergüenza ni inhibiciones. Por último, no olvidar los sentimientos, las emociones, los miedos… con respeto y cariño todo está permitido.
Como saben, hablar de sexo no es una obligación, sin embargo es una oportunidad para crecer como persona y como pareja. Una oportunidad para conocerse, acercarse y quererse. Pero por sobre todo, una oportunidad para disfrutar aún más de la vida sexual… para pasarlo mucho mejor.