¿Cúal es el lugar de la autoexploración en la sexualidad?
Uno de los imaginarios sobre la sexualidad tiene que ver con la idea de que sin pareja no se puede disfrutar, sin embargo un aspecto no menor de la experiencia sexual implica retomar el contacto con la propia sensualidad, siendo de vital importancia el reencontrarse con el cuerpo y con el poder de las fantasías, para desde esa piel que está preparada y receptiva a la práctica de disfrutar, disponerse al encuentro con el otro y así poder aparecer desde la particularidad del propio deseo, llama inextinguible y necesaria para que la intimidad y el permiso a disfrutar aparezcan.
Un punto de partida en la exploración de este universo intrincado y desafiante como lo es la propia sexualidad, es el de autorizarse a sentir placer, el cual puede adquirir otras formas además de la genital, donde las prácticas de autocuidado toman un rol protagónico, caben aquí las diferentes formas que el cariño puede adoptar, siempre y cuando no invadan los límites propios y del otro. No solo con una pareja podemos disfrutar de nuestra propia sensualidad y sexualidad, si bien las prácticas autoeróticas no se pueden comparar a la reunión sexual con un otro sí que puede ayudarnos a despertar, para así potenciar la intimidad de la pareja desde el jugar y el compartir. Es decir, explorar con uno mismo puede ser muy beneficioso siempre y cuando no se vuelva una práctica que nos enajene del mundo y desconecte de la persona que se ha escogido para este camino, si es que esa ha sido la opción.
Ps. Anthea Catalan.