¿Homosexualidad o heterosexualidad?
En nuestra cultura occidental, había venido imponiéndose que lo normal es que un hombre escoja una mujer, y una mujer a un hombre como pareja sexual. Junto con esa regla impuesta, también la de que la homosexualidad es una desviación a la norma. La identidad de género, parecía algo muy sólido así definido, donde unos eran normales, y los otros desviados. A decir verdad, no hay en el humano ¨normalidad¨ que no sea arbitraria, impuesta por cánones culturales, religiosas, mitos, construcciones sociales. Qué significa ser hombre, y qué significa ser mujer, puede tal vez responderse por la anatomía del cuerpo, pero la orientación subjetiva, no la fija la naturaleza. En general preguntarse por qué significa una palabra, se responde por convenciones del habla, que no son fijas, ni absolutas, ni verdaderas, pero que son más o menos compartidas. El diccionario no resuelve, el hecho de que la palabra puede significar cualquier cosa, y que hasta las convenciones lingüísticas están a la deriva. Con el género se intenta anclar el significante, la palabra, a un significado. Si todo cambia en la cultura, que no es como una comunidad de insectos cuyos códigos son fijos, como sus comportamientos, tratamos de imponer un código, como por ejemplo los códigos morales. Esta fijación nos ayuda, a que nuestra comunicación no parezca la de Babel, aunque en realidad, hay más Babel y malentendido del que nos damos cuenta. Dicho esto, pareciera que diciendo que la homosexualidad es también normal, o no una desviación, y dividiendo a los seres humanos en heterosexuales y homosexuales, habríamos resuelto la arbitrariedad de la nominación. Entonces la gente sería o uno o lo otro. Más bien sostengo, que este dejar derivar la lengua, que no quede la palabra hombre o mujer tan atada a un significado, conducirá con este des-anclaje, a que tampoco se identifique a la persona, según lo uno o lo otro.Una persona puede descubrir su homosexualidad, y suponer que eso excluye ya la heterosexualidad. Buscamos en la carencia de ser propia del ser humano (Lacan; Heidegger), que algo nos diga quien somos, somos esto y no lo otro. Mi impresión es que cada vez serán más los que no definan su ser por la elección de objeto sexual, que la orientación sexual permitirá que un ser humano, se oriente por la persona que le atrae, con menos fijación por su sexo, sin definirse por ello como homosexual o heterosexual. El ser humano es primordialmente bisexual, lo escoja a él, o no, una u otra orientación. Nuestro mundo es de eterno cambio, como lo considera el milenario I Ching.
Ps. Pablo Eugenio Grosz Schwarz.