¿Quién Educa sobre Sexualidad: Padres o Educadores?

La educación sexual de niños y adolescentes ha sido durante mucho tiempo un terreno de nadie. Los padres creen que educar en torno a la sexualidad es labor de los colegios y éstos a su vez piensan que la responsabilidad es de los padres. Todos se lavan las manos, y así… ¿quién educa?

Sin duda, la educación sexual de niños y adolescentes es un tema que genera muchos conflictos en los adultos. No sólo porque lleva a cuestionarse sobre la propia sexualidad, sino también porque implica pensar en los niños como seres sexuados, con deseos e impulsos… lo que también, a veces, es difícil de aceptar.

Hay temas que son mejor tratados por los colegios y sus educadores, ya que, en general, tienen más herramientas para entregar información sobre la biología del cuerpo humano, las enfermedades de transmisión sexual, la anticoncepción y los riesgos de un embarazo precoz, entre otros. Por otra parte, hay temas que los mismos niños y adolescentes se pueden sentir más cómodos tratándolos con personas distintas a sus padres, en donde pueda existir un ambiente de confianza y confidencialidad para hacer preguntas o plantear dudas que en la casa pueden sentirse más inhibidos de tratar. Dentro de éstas, por ejemplo, pueden estar la masturbación, relaciones sexuales e identidad sexual, etc.

No obstante, el apoyo y presencia de los padres en la formación sexual de sus hijos es crucial. La educación sexual debe contar con la cercanía y afecto de los padres como parte del proceso de aprendizaje. Deben ser una instancia de acercamiento frente a dudas, tanto de conocimiento como en lo emocional. Los niños y adolescentes deben sentir que cuentan con ellos y que no están solos en el descubrimiento de su vida sexual. Es fundamental que los padres puedan normalizar el proceso, aceptar sus dudas y tolerar sus cambios. Hacerles entender que ellos también vivieron etapas similares, que alguna vez tuvieron su edad y que entienden por lo que están pasando.

Por último resulta fundamental que exista sintonía entre lo que educa el colegio y lo que educan los padres. Las escuelas deben incluir a los padres en su programa de educación sexual, para que así estén al tanto de lo que sus hijos están aprendiendo. Hay que asumir que esta es una tarea compartida, en donde todos los actores involucrados tienen mucho que aportar. Sólo así se logrará una educación sexual integrada, en donde los niños y adolescentes sientan que pueden contar tanto con sus padres como educadores para acercarse, preguntar y confiar.

Alejandra Rubio

Psicóloga Clínica 

Centro Chileno de Sexualidad