La Disfunción Eréctil o la Impotencia
La disfunción eréctil, también conocida como impotencia, es una disfunción sexual del grupo de los trastornos de la excitación sexual.
Como todas las disfunciones sexuales sus causas son múltiples y pueden coexistir, es decir, el origen del problema puede ser biológico, psicológico, emocional, contextual, o la consecuencia del efecto secundario de algún medicamento, tratamiento o enfermedad. Las causas que lo sostienen también pueden ser emocionales, el hombre necesita estar en un estado mental de calma para funcionar correctamente.
Algunas veces el síntoma de la disfunción eréctil o la impotencia responde a problemas de la relación o a conflictos inconscientes individuales asociados a la propia historia. Por lo tanto es necesario descartar en un primer momento el componente biológico asociado, consultando a un urólogo. Pero volviendo a la multifactorialidad del problema, incluso cuando el problema de la erección ha sido originado por un problema hormonal, fisiológico o como la consecuencia de otra enfermedad, es importante evaluar los problemas emocionales o vinculares que se hayan ido sumando en el camino. Aquí ocurre el efecto bola de nieve, en el sentido de que cuanto más tiempo ha estado presente el problema, mayor será la ansiedad de rendimiento asociada, generando a veces conductas evitativas, inseguridad o problemas de pareja.
Estos son problemas que se configuran de manera única en cada individuo, y hace que sea necesario tratar los conflictos emocionales asociados para erradicar el problema. Se requiere entonces un tratamiento psicológico o una terapia sexual. Nuestra sexualidad requiere del funcionamiento de múltiples funciones psíquicas y emocionales, por decirlo de otra forma, vienen a señalar/protestar sobre un problema del que no tendríamos noticia sin el síntoma, porque todo lo podemos fingir, menos nuestra respuesta sexual. Entonces, cuando el tratamiento indicado es psicológico, además de ser un problema, son también una oportunidad de conocernos y de mejorar, porque hay muchísimo que aprender sobre nuestra sexualidad que cambia y evoluciona a lo largo de toda la vida.
Daniela Miranda, Psicóloga Clínica