¿Y que pasó con el amor?
A mi consulta asisten muchas mujeres que por distintos motivos están solteras, sin pareja. Son mujeres que están sobre los treinta y tantos años, independientes económicamente, exitosas, guapas inteligentes. Llenas de virtudes, deseosas de encontrar el amor. Desgraciadamente ya es un clásico. Es muy frecuente. Tienen carreras sobresalientes, lugares de liderazgo, sin embargo no encuentran la ansiada experiencia de compartir con un otro amoroso la vida. El asunto sin duda es complejo, como suele suceder. Indudablemente tiene múltiples explicaciones y maneras de entenderlo. De igual forma, intentaré desarticularlo, por lo menos en parte.
Pareciera ser que a pesar de los siglos de civilización, las mujeres siguen siendo las portadoras de lo afectivo, del deseo del amor y la conformación de familia. A pesar de la lucha por la igualdad, ellas parecen ser en algún sentido las portadoras de la vulnerabilidad, son ellas las que tienden a mostrar más la necesidad afectiva. Entre otros factores, es probable que esto tenga relación con el reloj biológico, que a pesar de los avances científicos, cae sobre ellas.
Me parece que en aquel deseo por conformar pareja, a veces pierden inteligencia emocional. Algunas tienden a sobreadaptarse a la posible pareja o también muy frecuentemente se cierran por miedo a salir heridas. En ambas situaciones solo se pierden posibilidades de desarrollo afectivo.
El desafío del amor es contundente y eterno!!
¿Cómo ubicarse en un lugar psíquico amoroso de autonomía, de necesidad de un otro pero, sin perder el respeto por sí misma? ¿Cómo actualizar ser ese alguien especial, como todos lo somos, único y atractivo que es capaz de poner lo propio creativo sin perder identidad en el encuentro con el otro?
Creo que este es el inmenso desafío, que permite el desarrollo de la personalidad. Requiere el esfuerzo de conocerse a sí mismo, entender las limitaciones para aprovechar y apropiarse de las propias potencialidades ya sea para compartir con una pareja o también para vivir una vida plena.
Ps. Carmen Gloria Fenieux
Directora centro Chileno de Sexualidad